lunes, noviembre 29, 2004

poema 23546 - 64532 ameop

busqué a mi mago
y le soborné para que te aparecieras
en mis sueños

quise ver en tus manos
el calor de un ¿te acompaño?
¡bueno!

te rocé con mis labios
y al rato tenía el sabor amargo
del aligustre largo

te vi y al llamarte
grité tu nombre y se amortiguó
como si compitieran
un avión y un ruiseñor

angustiado vagué por el recuerdo
y te apareciste clara, precisa y serena
te hallé humilde y sobre todo dulce como un caramelo

tan dulce como el primer chaparrón
que mojó nuestros labios
a la vuelta de aquel beso